Lars von Trier nos saluda en un video en la pantalla del Auditori y nos presenta una película tan bella... bella en su forma, grandes planos con un maravilloso montaje musical y bella en su contenido, dándonos la opción de reflexionar sobre la metáfora de la malancolía que asola el mundo y lentamente lo absorbe. De nuevo el apocalipsis como telón de fondo, en este caso nos llega en forma de preapocalipsis.Trata de dos hermanas brutalmente interpretadas por Kirsten Dunst y Charlotte Grainsbourg (quien ya trabajó en el anterior proyecto de von Trier, Anticristo) y sus diferentes visiones de la vida, mejor dicho de afrontar la muerte.
Dividida en dos partes, claramente diferenciadas, una dedicada a cada hermana, y ambas unidas por el temor a que el planeta Melancolía choque con el nuestro.
En la primera parte nos muestran una actitud de revelación contra las normas y lo que está "bien visto" porque ya se sabe, para lo que me queda en el convento... o carpe diem, como lo queráis llamar.
En la segunda parte podemos ver la desesperación ante la pérdida de todo, sin posibilidad de salvación para nada ni para nadie. En ambas partes las dos actrices muestran de una forma sublime el reflejo de la actitud que se pretende.
Realizada magistralmente: sobrecoge la música de Wagner a todo volumen mientras fotografías en movimiento nos llenan la retina (planos en slow motion que ya nos mostraron su fuerza en la gran pantalla en Anticristo). Von Trier sabe regalarnos el ojo y el oído.
Caerá mejor o peor pero el padre del cine Dogma (Dinamarca, 1991) sabe lo que hace y sabe cómo hacerlo bien. Tiene algunas de sus premisas siempre presentes: reforzar la iluminación natural de la escena o rodar cámara en mano para que todo parezca menos artificial.
Estamos ante una de las mejores películas del festival. Gracias.
Peliculón
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